Uncategorized

VULNERABILIDAD Y ABANDONO EN EL BAJO LEMPA

LEER EN ESPAÑOL

Por: Luis Moreno

Recientemente, a consecuencia del Huracán Julia, El Salvador estuvo en alerta roja. En el Bajo Lempa, las organizaciones comunitarias se activaron, por el riesgo de desbordamiento del río; debido al incremento de su caudal; bordas deterioradas; un sistema de drenaje colapsado; calles en mal estado; comités de protección civil desarticulados y funcionarios de gobierno ausentes de los territorios.

En el pasado, el Bajo Lempa ha sufrido graves inundaciones, las de mayores consecuencias fueron las provocadas por el huracán Mitch, en noviembre de 1998 y la Depresión Tropical 12E, en octubre de 2011; en ambos casos fue por desbordamiento del Río Lempa.

Luego de estos fenómenos, las comunidades organizadas en la Asociación de Comunidades Unidas del Bajo Lempa, ACUDESBAL, presionaron al Estado para que se construyeran obras de protección y de esta forma prevenir futuras inundaciones; fue así como en el años 2012, en la administración del ex presidente Mauricio Funes, se realizó una de las más grandes e importantes inversiones en gestión de riego para las comunidades del Bajo Lempa, la construcción de más de 7 kilómetros de borda y la construcción de dos albergues.

Posteriormente las comunidades solicitaron las respectivas medidas de mantenimiento y protección de la obra construída, por lo que  el gobierno del expresidente Salvador Sánchez Cerén, a través de la Comisión Hidroeléctrica del Río Lempa, CEL, adquirió y asignó una maquinaria exclusivamente para el mantenimiento de la borda, así mismo la CEL realizó trabajos de mantenimiento de calles y limpieza de drenos.

No obstante, la importancia de este trabajo, a su llegada al poder, el presidente Nayid Bukele, sin ningún tipo de consulta a la población, ordenó retirar la maquinaria y trasladarla para la presa El Chaparral, dejando a las comunidades sin este importante recurso para la mitigación de riesgos. Desde entonces no ha existido ningún mantenimiento a las bordas, limpieza de drenes, ni reparación de calles.

Por su parte las comunidades, mantienen una actitud de exigencia al actual gobierno y por diversos medios han expresado la necesidad de:

  1. Dar mantenimiento preventivo y correctivo a las bordas para evitar todo tipo de inundación, y de esta forma garantizar que los campesinos y campesinas no pierdan sus cultivos, animales, ni mucho menos su vida.
  2. Realizar  trabajos de terracería, limpieza y protección de los drenajes.
  3. Construir los 4.5 kilómetros de borda, aún pendiente, para evitar el desbordamiento del río a la altura de la comunidad Mata de Piña.
  4. Establecer protocolos más efectivos para el control de las presas hidroeléctricas, por ejemplo: con la tecnología existente se conoce con anticipación la llegada de los fenómenos hidrometeorológicos y por tanto, se podría liberar preventivamente el agua retenida para evitar la necesidad de realizar descargar de emergencia.
  5. Diseñar e implementar un plan de rehabilitación de las cuencas hídricas, especialmente la del río Lempa, llevando a cabo proyectos de reforestación, de protección de suelos y de agricultura ecológica, así como programas de educación para generar una cultura de responsabilidad ambiental en la población.

Sobre este último punto es de hacer notar que el Río Lempa, al igual de los demás ríos del país se encuentran azolvados, debido a la erosión de los suelos; al haber perdido su cauce natural, los ríos se desbordan y en consecuencia inundan las comunidades y territorios circundantes. 

Con la ejecución de este tipo de programas y proyectos se recuperaría paulatinamente el cauce natural de los ríos y además, se generaría empleo y turismo. Por ejemplo, el Río Lempa perfectamente puede ser aprovechado como una ruta navegable, para el transporte de personas y mercaderías, lo cual dinamiza la economía y genera desarrollo, esto sería la mejor forma de convertir una amenaza en oportunidad.

Las inundaciones generan perdidas de cultivos, muerte de animales, daños a las viviendas, afectaciones a la salud y en casos extremos pérdidas de vidas humanas; sin embargo, se pueden prevenir, por ejemplo: si en regiones como el Bajo Lempa se finaliza la construcción de las bordas y se les da mantenimiento; se mejora el sistema de drenaje y se reparan las calles de acceso, entre otras medidas.

Llevar a cabo estos proyectos requiere de una considerable inversión de recursos, desde el Estado; no obstante, en la coyuntura actual da la impresión que la prioridad del gobierno, en el uso del dinero de los y las contribuyentes, es el financiamiento de una millonaria campaña de publicidad para mantener una imagen surrealista de la figura del presidente, lo cual no beneficia en nada a la población.

Pero ante la vulnerabilidad y el abandono, las comunidades del Bajo Lempa, deben mantener su organización social, la firmeza de principios revolucionarios, la moral en alto y la determinación de luchar siempre por el derecho a una vida libre de inundaciones. 

VULNERABILITY AND ABANDONMENT IN THE BAJO LEMPA

By: Luis Moreno

Recently, in response to Hurricane Julia, El Salvador was placed on red alert. In the Bajo Lempa, community organizations were activated due to flood risk, which itself was due to increased water flow; deteriorated borders; collapsed drainage system; roads in poor condition; disjointed civil protection committees; and government officials absent in the territories.

In the past, the Lower Lempa region has suffered severe flooding, the most serious impacts were caused by Hurricane Mitch in November 1998 and Tropical Depression 12E in October 2011; in both cases, it was due to the overflowing of the Lempa River.

After these phenomena, the communities representing the Association of United Communities of Bajo Lempa, ACUDESBAL, pressured the State to build flood control structures to prevent future disasters. In 2012, during the administration of ex-President Mauricio Funes, one of the largest and most important investments in irrigation management for the communities of Bajo Lempa took place, the construction of more than 7 kilometers of border and the two flood shelters.

Afterwards, the communities requested the respective maintenance and protection measures for the constructed work. In response, the government of former President Salvador Sánchez Cerén, through the Hydroelectric Commission of the Lempa River, CEL, acquired and assigned machinery exclusively for the maintenance of the dam, as well as the maintenance work on the streets and cleaning of drains. 

Despite the importance of this work, when President Nayib Bukele came to power, without consulting the population, he ordered the removal of the machinery and its transfer to the El Chaparral dam, leaving the communities deprived of this important risk mitigation resource. Since then, there has been no drain maintenance, cleaning of drains, or street repairs.

The communities, for their part, maintain a demanding stance with the current government and through various means have expressed the need for:

  1. Provide preventive and corrective maintenance to the ditches to avoid any type of flooding, and in this way guarantee that the farmers do not lose their crops, animals, and much less their lives.
  2. Provide preventive and corrective maintenance to the irrigation ditches to avoid any type of flooding, thus guaranteeing that the farmers do not lose their crops, animals, and much less their lives.
  3. Carry out excavation, cleaning and protection of the drains.
  4. Build the 4.5 kilometers of an embankment, still pending, to prevent the river from overflowing in the community of Mata de Piña.
  5. Establish more effective protocols for controlling the hydroelectric dams, for example: with existing technology, the arrival of hydrometeorological phenomena is known in advance and, therefore, the retained water could be released preventively to avoid the need for emergency discharges.
  6. Design and implement a watershed rehabilitation plan, especially for the River Lempa, carrying out reforestation, soil protection and ecological agriculture projects, as well as education programs to generate a culture of environmental responsibility among the population.

On this last point, it should be noted that the Lempa River, like other rivers in the country, is silted up due to soil erosion; having lost its natural course, the rivers overflow and consequently flood the surrounding communities and territories. 

With the implementation of these types of programs and projects, the natural course of the rivers would gradually recover and employment and tourism would be generated. For example, the Lempa River could perfectly be used as a navigable route for the transportation of people and goods, which stimulates the economy and generates development; this would be the best way to turn a threat into an opportunity.

Floods cause loss of crops, livestock deaths, damage to housing, damage to health and, in extreme cases, loss of human life; however, they can be prevented. For example, if in regions such as Bajo Lempa the construction of dams is completed and they are maintained; the drainage system is improved and access roads are repaired, among other things.

The realization of these projects requires a considerable investment of State resources; however, in the current situation, it seems that the government’s priority, in the use of taxpayers’ money, is the financing of a millionaire advertising campaign to maintain a surrealistic image of the president, which in no way benefits the population.

But in the face of vulnerability and abandonment, the communities of Bajo Lempa must maintain their social organization, the firmness of revolutionary principles, the moral high ground and the determination to always fight for the right to a life free of floods. 

Advocacy, Environment

The Second March for Life / La Segunda Caminata por La Vida

Below is the press release for the 2nd March for Life (Feb23-27), organized by the National Movement of Communities Affected by Flooding.

A todos los hermanos y hermanas solidarios/as a los organismos nacionales e internacionales por medio de la presente les comunicamos lo siguiente:

Las 250 comunidades habitadas por 12,000 familias y más de 65,000 personas que vivimos en las zonas bajas de los ríos Lempa, Paz, Jiboa y Grande de San Miguel, este lunes 23 de febrero iniciamos La Segunda Caminata por La Vida, desde el Puente de oro a la altura de San Marcos Lempa con destino a San Salvador para dar a conocer lo siguiente:

1 Que fenómenos como el Huracán Mitch, la tormenta Stan y otros, han provocado serios impactos económicos, medio ambientales y sociales de los cuales aún no terminamos de reponernos.

2. Que nuestras parcelas, viviendas, escuelas, pozos o fuentes de agua, calles y otra infraestructura existente es el único patrimonio que tenemos.

3. Que las amenazas de inundaciones siguen vigentes durante la época de lluvia, ya que las “obras de protección” realizadas son insuficientes, defectuosas e inconclusas y sin ningún mantenimiento, y esto hace a nuestras comunidades altamente vulnerables.

4. Que cuando las inundaciones se presentan soportamos la pérdida de nuestros cultivos agrícolas, animales domésticos, enseres del hogar y herramientas de producción, lo que incrementa la crisis económica y el hambre de nuestras familias, estancando nuestro proceso de un verdadero desarrollo, además de tener serios impactos en la salud, principalmente de niños, niñas y personas de la tercera edad.

Y ante esta realidad, respetuosamente demandamos al gobierno:

a) Que la Comisión de Economía y Agricultura supervise el trabajo de construcción y mantenimiento que se ejecuta con el préstamo 1102-OCE-ES, por un monto de 8 millones de dólares, con el acompañamiento de una comisión del Movimiento Nacional de las Comunidades Rurales Afectadas por las Inundaciones.

b) Que los resultados de la ejecución de las obras sean dados a conocer en un informe a las comunidades en forma directa y a través de los medios de comunicación.

c) Que en el presupuesto de la Nación se establezca una partida especial para que el Ministerio de Agricultura y Ganadería cuente con recursos para finalizar las bordas, sistemas de drenaje y caminos internos de las cuencas bajas de los ríos: Lempa, Paz, Jiboa y Grande de San Miguel.

d) Que se asegure el mantenimiento permanente de las obras reparadas o construidas.

e) Que se haga un manejo responsable de las presas hidroeléctricas ubicadas sobre el río Lempa, priorizando la protección de las personas y comunidades ubicadas en las riberas de dichos ríos.

f) Que se evite la construcción de nuevas represas, así como la implementación de proyectos mineros

Movimiento de Comunidades Afectadas por Inundaciones

24 de febrero de 2009