
En el 02 de agosto, las Comunidades Eclesiales de Base (CEBES), familiares, a toda la Arquidiócesis de El Salvador y visitantes internacionales se despidieron con un sacerdote muy conocido de Teología de la Liberación en el Centro Despertar en San Salvador.



Padre Pedro D ‘Clercq, aunque nació y creció en Bélgica, había pasado los últimos 47 años viviendo y trabajando con la salvadoreña CEBES como uno de él es fundadores, así como un autor prolífico de Teología de la Liberación en toda América Central. Aunque murió pacíficamente mientras dormía después de luchar contra el cáncer de pulmón, que ya ha sido grabada en la historia junto a los mártires como Oscar Romero, Octavia Ortiz, Rutillo Grande y Segundo Montes.
Según los CEBES, nació en Izegem, Bélgica en el 10 de febrero 1939.
En junio de 1964, el Padre Pedro fue ordenado como sacerdote de la Iglesia Católica Romana. Se quedó en Bélgica como maestro, hasta que recibió el llamado para venir servir en las Américas, por extraño que parezca, en un partido de fútbol. Él comenzó su servicio en Panamá y luego vino a El Salvador en 1968, donde formó comunidades de base y cooperativas en todo San Salvador, Chalatenango y Usulután.



En 1977 fue excomulgado de la Iglesia Católica, debido a expresar sus puntos de vista críticos sobre la realidad salvadoreña desde el púlpito. Se trasladó de nuevo a Bélgica tras la decisión y desde allí formaron numerosos CEB, de hecho, que había formado CEBES en Panamá y Nicaragua también.



En 1992, regresó para el bien, se instaló en la región del Bajo Lempa de Usulután, y formó las comunidades de base, apoyó las cooperativas, escribió publicaciones, facilitó talleres, e incluso comenzó un banco de sangre, entre muchos otros proyectos. Su escritura, “Caminando con Jesús y Monseñor Romero”, inspiró la formación de las escuelas de fe para los niños en la comunidad Segundo Montes. Padre Pedro, hasta el final, sin descanso continuó viajando por todo el país visitando y trabajando para el pueblo.


A menudo decía: “¿Quién sería yo sin Romero? ¿Quién sería yo sin Rutillo? ¿Quién sería yo sin todos los mártires? ¿Quién sería yo sin las comunidades eclesiales de base? ”
Era evidente, ya que cientos vinieron a rendir homenaje al sacerdote amado, que había tocado tantas vidas y corazones y permanecerá fijo como un hombre que realmente amaba al pueblo salvadoreño.
https://youtu.be/ob-zqM-_84k (Leer el articulo en inglés)
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